jueves, 10 de diciembre de 2015

Cuando perdemos en la vida:

He aprendido que las mujeres necesitan una partera ferozmente vulnerable. Cuando caminan el laberinto del duelo, necesitan saber que su partera también es mujer, femenina, vulnerable, capaz to tocar la locura. El resto del mundo ya le dirá que continúe su vida, que ya tendrá otro y que canalice su dolor de manera “apropiada”. Pero creo que las mujeres son más fuertes, mejor apoyadas y se colocan en su poder absoluto cuando sus parteras las acompañan en el “Que hay aquí AHORA” y caminan con ellas sumergidas en el lado obscuro. Que la partera también sienta la presencia del dolor, que lo honre, que lo sienta en toda su presencia enfurecedora. Entonces la partera se vuelve una hermana real, no una serie de técnicas descritas para “integrar la muerte de un ser esperado”. La muerte no se integra, la muerte es y desgarra lo que no sabías que se podía romper. Y cuando se rompe lo que no sabías que había, solo puede nacer lo que nunca imaginaste que podía nacer.
Menos mal que tuviste un bebe sano. Menos mal que estuviste cerca de la tecnología. Menos mal que tu medico dejó estar de pie 20 minutos, agarrando tu monitor fetal. Menos mal que te dejó llegar a termino. Menos mal que tu medico te dio permiso de que pasara tu marido, padre del bebe. Menos mal que te pusieron la epidural para que no sintieras nada. Menos mal que te dijeron que tenías hasta las siete para dilatar, por que si no tu bebé iba a tener problemas, y hasta podía morir. Menos mal que te dijeron que no podías comer nada, por si acababas en cesárea de emergencia. Menos mal que 8 extraños que no volverás a ver en tu vida te metieron los dedos profundamente en la vagina cada dos horas gritando tu calificación, 4, 6, nada, igual, no, sigue igual, fuera. Menos mal que tu medico se dio cuenta que ya no podías más y te ofreció tu cesárea salvadora, justo a tiempo. Menos mal que a tu bebé se lo llevaron a observación, a ese agujero negro al fondo de la sala, por que nació…. Tragó… bueno, ya te habían dicho lo que podía pasar. Menos mal que le dieron biberón a tiempo por que tu leche no bajó. Menos mal que volviste a casa vacía, confusa, adolorida, exhausta, enojada, silenciada, violada, Menos mal que te pudiste entregar a las noches eternas de locura de llanto, desesperación y soledad. Menos mal que no fuiste con una partera, por que imagínate lo que podía haber pasado. Menos mal que tuviste un bebe sano.