lunes, 18 de julio de 2016

Candidiasis, una petición de nuestro cuerpo para poder decir “No”


Mayra Isel Rodríguez Garza
Psicóloga Social, Sexóloga, Moon Mother.
Terapeuta individual, de pareja. Bendiciones y Sanaciones de Útero.
mayraisel@gmail.com



Irritación, ardor, comezón en la vulva y entrada vaginal, enrojecimiento e inflamación de la vulva son los síntomas más comunes y molestos de la candidiasis, ésta ocurre cuando el hongo de la cándida sobrepasa los limites de su equilibrio natural con el que debe estar regularmente presente en nuestro organismo.
Sientes que tienes tanta comezón que no puedes dejar de pensar en que quieres rascar tu vulva o frotarte en un sillón o dónde sea, sientes tanto ardor que sólo deseas que llegue a ti algo que pueda refrescar un poco esa sensación en tu vulva, y tienes emociones encontradas porque tanta molestia te aleja de poder estar en un lugar de tranquilidad, pero al mismo tiempo es esta molestia y la necesidad de calmarla la que no te deja profundizar en la emoción más interna que pudo haber desequilibrado tu homeostasis vaginal en un principio.

Cuando descartamos una evidente razón física para que se presente la candidiasis, debemos reconocerla como la manifestación de un conflicto relacionado a cómo estamos viviendo nuestra sexualidad, de cómo estamos con nuestra pareja y nuestras emociones, de cómo estamos ante el saber poner límites sanos.
La infección viene a representar una manera muy física y real de poner un alto a la entrada del otro, es decir, “debido a esta infección nadie puede entrar aquí” y esa razón nos habla de una inconformidad con la manera en que estamos emocional y sexualmente con nosotras mismas, porque más allá de no permitir que algo entre a tu vagina, la emoción profunda es que no quieres permitir que alguien entre a tus emociones. Pareciera que el cuerpo nos esta protegiendo de algo y debemos dar luz  a esa zona oscura, ver de qué se trata.

Puede ser que no te sientas a gusto teniendo intimidad con la persona con la que estás y que termines accediendo por miedo a decir que “no” o a las consecuencias reales o imaginarias de decir ese “no”, puedes pensar que tal vez puedas herir los sentimientos de la pareja, o sentir presión por cumplir con lo que se espera que haga una mujer plena y libre. Puede que sea una señal de que no estás lista para enamorarte y dejar entrar a tu corazón a alguien, también suele significar que tienes miedo a ser lastimada y es una manera muy sabia de tu cuerpo de protegerte de esto. Tal vez sientas inseguridad sobre las personas con las que te estás relacionando, que sientas que estas descuidando tu salud sexual, en fin, hay muchas razones por las cuales la candidiasis puede presentarse y es la manera más sabia de tu cuerpo de hacerte mirar un poco tus emociones, de parar el ritmo de tu vida y detenerte a revisar cómo estas y cómo te sientes.

Cuando te vuelva a suceder, te recomiendo que tomes un tiempo de tu día para estar a solas en tu cuarto o lugar seguro, pongas música relajante, velas, incienso o cualquier cosa que te ayude a estar más tranquila, pongas una toalla sobre tu cama te acuestes en ella sin pantaletas y tengas cerca de ti un poco de yogurt natural o yogurt de leche de búlgaros junto con una cuchara o jeringa sin aguja, introduce un poco en tu vagina y pon en tu vulva un poco del yogurt y mientas tienes todas las sensaciones que produce este remedio natural, te quedes acostada con tus piernas abiertas y sólo respira. Enfócate sólo en tu respiración, dándote cuenta de cómo estás respirando y empieza a darte cuenta de las emociones, sensaciones, ideas que van pasando por tu cuerpo y por tu mente, confía en que esas imágenes, emociones e ideas tienen un sentido profundo, que hay algo de esa información que es la razón por la cuál tienes esta manifestación en tu cuerpo que te permite gritarle al mundo que “no” quieres algo. Cuando reconozcas qué es, no te juzgues, sólo date cuenta de qué esta pasando en tu vida que te hizo necesitar esta infección. Lleva tus manos sobre tu vientre, imagina tus manos llenas de luz radiante plateada y blanca y agradece a tu cuerpo por su sabiduría, haz un compromiso consciente por sanarte física y emocionalmente; y cuando te sientas lista toma una hoja y pluma y empieza a escribir todo lo que quieras y salga de ti. Al final de esto tendrás más claro qué es lo que tienes que hacer o cambiar en tu vida cotidiana para estar más plena y evitar que tu cuerpo enferme para que te vuelvas a dar cuenta.